Carmen Calvo «muy enfadada» con el trato que le ha dado Sánchez en el Congreso del PSOE

Carmen Calvo
Pedro Sánchez y Carmen Calvo en el Congreso de los Diputados. (Foto: Europa Press)
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • VALENCIA
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Carmen Calvo está enfadada. Mucho. Y no lo esconde. Ni el premio de consolación de formar parte del Comité Federal del PSOE, ni el apoyo moral en forma de ovación en el congreso del partido ayudan a mitigar el enfado que la ex vicepresidenta del Gobierno tiene con el secretario general del partido, Pedro Sánchez.

El líder socialista, cuando prescindió de ella en el Ejecutivo, le prometió la presidencia del PSOE. Todo el mundo contaba que se haría con ella. Pero a última hora Sánchez ha mantenido en el cargo a la actual presidenta, la senadora Cristina Narbona. Una vez más, el presidente ha incumplido su palabra, tal como avanzó OKDIARIO.

Pero el malestar de Carmen Calvo va mucho más allá. Hace unos días, como suele ser habitual con los ex ministros que mantienen su escaño en el Congreso, la cordobesa fue recompensada con la presidencia de la comisión de Igualdad, un tema que le gusta y del cual fue ministra hasta la firma de la coalición con Podemos. Nunca encajó perder esas competencias en favor de Irene Montero, ya que las consideraba imprescindible para el PSOE.

Esa nueva responsabilidad institucional, que se circunscribe a ordenar el debate parlamentario en los temas igualitarios, no tiene ningún tipo de influencia ni poder ejecutivo. Su papel, además, choca con el de una mayoría de afiliados del PSOE que rechaza su beligerancia en cuestiones como la identidad de sexo en el colectivo trans. Cuando fue destituida, desde el partido, se celebró su salida con tuits como el de la ex diputada madrileña Carla Antonelli.

Además, este fin de semana, pese a la ovación que recibió curiosamente organizada, fueron muchos los reproches que recibió la ex vicepresidenta por su gestión en materia de Igualdad. Desde Felipe González, que reivindicó el feminismo de la fallecida Carmen Alborch, hasta las juventudes del partido y federaciones que reclamaban otro modeolo.

La mujer que hasta hace apenas tres meses concentraba todo el poder del país, una de las socialistas que ha ocupado mayores cuotas en la última década, hoy es una militante de base más con silla en el Comité Federal. Calvo, que en la remodelación del Gobierno no se esperaba tener que abandonar su ministerio, no ha acabado de encajar muy bien su defenestración. De hecho la tarde antes que fue destituida en su entorno aseguraban que acabaría la legislatura.

Desde aquel 10 de julio que tuvo que abandonar la Vicepresidencia primera del Gobierno, su relación con Pedro Sánchez es prácticamente inexistente. Y aún el enfado de ahora, en las últimas semanas, ha preferido mantener la lealtad al líder para no poner en riesgo los posibles cargos que al final no ha recibido. Su participación en tertulias radiofónicas han sido de perfil bajo. Tampoco se ha prodigado dando entrevistas como otros. En su alrededor avisan que todo eso, ahora, puede cambiar.

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